Comunidad MVR

Está compuesta por hombres y mujeres en diferentes estados de vida, es decir, casados, viudos, solteros, Consagrados (dentro de la comunidad y proveniente de congregaciones religiosas o diócesis) y Sacerdotes.

Cada uno de nosotros hemos experimentado un encuentro personal con Cristo y descubierto el amor de Dios personal, y hemos recibido un llamado comunitario, que implica un compromiso con Dios como APÓSTOLES y PROFETAS en INTERCESIÓN constante.

Nuestro CARISMA es dedicarnos a la INTERCESIÓN constante delante del Trono de Dios por la Iglesia, por el Sumo Pontífice, y muy especialmente por la Unidad de los Cristianos, para que sea un solo pueblo con un solo Pastor.

Este Carisma lo vivimos en la Iglesia, siguiendo el ejemplo de Santa Teresa de Jesús, que nos hace estar en Obsequio de Jesucristo: «llamados a vivir en Obsequio de Jesucristo, viviendo y sirviendo lealmente con un corazón puro y buena conciencia el llamado a la UNIDAD DE LOS CRISTIANOS».

En Obsequio de Jesucristo por la Unidad de su Cuerpo, nos hace estar abiertos y en servicio a todo su Cuerpo Místico en la vida de los hermanos, haciendo realidad la unidad desde las pequeñas cosas de lo cotidiano, hasta las grandes y maravillosas manifestaciones del Bendito Espíritu Santo.

El obsequiarnos a Jesucristo, nos redescubre la CENTRALIDAD PENTECOSTAL de nuestras vidas y de nuestra espiritualidad: solo una persona, en unidad con sus hermanos, junto a María y en total apertura a Jesús, puede ser totalmente llena y guiada por el Espíritu Santo; y tal persona, las mismas obras de Jesús, o aún mayores, hará.

El corazón de la espiritualidad MVR es la ORACIÓN DE INTERCESIÓN, que mueve a hacer presente en el mundo la misericordia del Padre, el amor salvífico del Cristo y la fuerza santificadora del Espíritu Santo.

Esta vivencia la hacemos desde una experiencia netamente Pentecostal, es decir, desde la acción de los dones y los carismas del Espíritu Santo, abiertos a EL desde la oración espontánea, la alabanza, la adoración, etc. utilizando los medios como ser: la música y el canto, hablar en lenguas, levantar las manos en señal de alabanza y adoración, y todas aquellas otras expresiones visibles de nuestro trato con Dios y que son propias de la Corriente de la Renovación Carismática Católica, a la cual estamos adheridos.

La vivencia del carisma está posibilitada gracias a la ALIANZA que los miembros hacen con Dios, con la Iglesia y con la misma Comunidad, permitiendo asi que el Carisma MVR fructifique y se viva. Esta ALIANZA con Dios es una promesa deliberada y libre hecha a Dios, en la cual la persona se entrega y ofrece como intercesor, para el bien de la Iglesia y la Unidad de los Cristianos, asumiendo la responsabilidad bautismal del anuncio del Evangelio y de llegar con esta Alegre Noticia a los hermanos que más necesitan del mensaje de Jesús.

Los miembros del MVR colaboran activamente en la vida de la Iglesia, con espíritu de FIDELIDAD a sus PASTORES y en colaboración con las demás fuerzas eclesiales.

En esta misión intercesora, tenemos como Patrona de la Comunidad y verdadera Superiora General a la Bienaventurada siempre Virgen María, bajo la advocación de Madre del Buen Consejo, que delante de su Hijo intercedió por la necesidad en las Bodas de Caná (Jn.2, 1-12) y de ella escuchan su mayor consejo: «HACED TODO LO QUE EL OS DIGA» (Jn.2, 5). Su Fiesta es celebrada el 26 de Abril.